Cuando el profesor de Taekwondo se vuelve un padre.
El rol del entrenador de Taekwondo en la vida de un atleta
se vuelve tan importante que más que un profesor o Sabonin se vuelve tu amigo,
hermano o hasta un padre.
Tu entrenador de Taekwondo, ese que te orienta, el que te
aconseja, la voz que te regaña cuando no lo haces bien en los entrenamientos y
también la voz que te aconseja cuando mas lo necesitas.
No solo es quien te sujeta el receptor, también es el
psicólogo, el confidente y amigo. Son muchas las vivencias entre un atleta y su
entrenador que además de ser formador de valores y de campeones se vuelve ese
prestamista sin intereses, sin pedir nada a cambio, es el primero que tienes
enfrente cuando ganas o pierdes el combate, el primero en consolarte o el
primero con quien celebras.
En el gimnasio de Taekwondo a veces pasamos mucho más tiempo
que en nuestras casas, no solo conseguimos hermanos para toda la vida sino también
un padre, ese que con solo ver una mirada sabe que algo pasa, que algo no está
bien.
Y en este sufrido deporte donde se hacen tantos sacrificios
por lograr los sueños de cambiar de cinta o subirse a un podio en una
competencia es común encontrarse con que en la figura del entrenador se vuelve
un padre.
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